Las formas de gobernar cuentan mucho. Amenazar a periodistas críticos no es el mejor camino y ahí la FAPE sale al paso para que no se señale a profesionales de la información. Para eso existen los gabinetes de prensa gubernamentales, para confirmar o desmentir o, el tan usado últimamente, no hay comentarios. Incluso si algún alto cargo cree que hay una grave acusación incierta, lo tiene tan fácil como presentar la denuncia correspondiente como se hizo siempre. Pero bueno, está claro que dividir a la sociedad a golpe de decretos sin haber consensuado antes con los representantes de otros partidos no conduce a nada bueno. Ni siquiera gobernar con presupuestos sin avalar por el Congreso. Mal asunto.