El 092 precinta una casa convertida en chutadero después de que derribaran la puerta recién tapiada

No hubo que expulsar a nadie del interior, porque la casa no tiene ningún ocupante identificado
El 092 precinta una casa convertida en chutadero después de que derribaran la puerta recién tapiada
El número 6 de Pintor Ramón Navarro, tapiado y precintado | Patricia G. Fraga

El ya largo libro de incidentes relacionados con la droga y la okupación incluyó otro capítulo en la calle de Pintor Ramón Navarro, un callejón sin salida situado junto a la calle de la Torre, en Monte Alto. Allí, el dueño de la propiedad, harto de que fuera allanada por toxicómanos, la tapió. Tuvo que hacerlo bajo la protección de la Policía Local, después de que en el primer intento, los okupas consiguieran derribar los ladrillos de la puerta. 


Esta calle es uno de los escasos rincones que quedan en Monte Alto de una época pasada, en la que el barrio estaba mucho menos urbanizado y los inmuebles eran de escasa altura. Situado junto a un solar también ruinoso, y con la parte trasera que da a la zona de Atochas, el número 6 de Pintor Ramón Navarro llevaba mucho tiempo abandonado. Su aspecto atrajo a individuos marginales, que lo allanaron. 
 

Sin embargo, fuentes policiales se niegan a llamarlo narcopiso, como señalan algunas voces. En realidad, se habría convertido en un chutadero, un lugar donde los toxicómanos se reúnen para consumir heroína. En un lugar así, puede darse cierto intercambio o trapicheo de drogas, como es habitual en consumidores. Muchos adictos consiguen así financiar su hábito, pero no se trata de un punto de venta como tal. 


En todo caso, la presencia de toxicómanos en el estrecho callejón alertó a los vecinos. Al tratarse de una callejón con edificios de tres o cuatro pisos de alto, tiene pocos vecinos y ningún tránsito, así que la presencia de drogadictos entrando y saliendo de la casa y deambulando entre los coches estacionados llamó mucho la atención.
 

Enladrillada 

Finalmente, el dueño decidió tomar medidas y esta semana acudió para tapiar los accesos del inmueble. La ventana de la planta baja está protegida por una reja, pero enladrilló las dos del primer piso así como la puerta. Creyó que había acabado con el problema hasta que volvió y descubrió que alguien, presumiblemente uno de los toxicómanos que frecuentan el lugar, habían echado abajo la pared de ladrillos aprovechando que el cemento todavía se encontraba fresco 
 

Después de comprobar que no había nadie en el interior, agentes municipales permanecieron durante la mañana del miércoles con él y los operarios mientras duraron las labores de tapiado. Después instalaron una cinta policial y patrullaron periódicamente la zona para asegurarse de que no habría más allanamientos. La situación parece estar controlada a día de hoy. 
 

Los inmuebles ruinosos okupados por toxicómanos se han vuelto de actualidad, después de algunos incidentes. Uno de ellos, el más notable, tuvo lugar precisamente en Monte Alto, donde la presión de los vecinos expulsó a unos yonquis de una casa de la calle Washington

El 092 precinta una casa convertida en chutadero después de que derribaran la puerta recién tapiada

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